
¿Es esto en serio un adiós? ¿Volverás cuando todo termine, como canta Regina, o es cierto que estamos en veredas paralelas, que parecen nunca unirse?
Llueve sin parar, y mi mundo chiquito se empaña de lágrimas que se confunden con las gotas que suenan en mi ventana. Es enorme lo que te extraño, es enorme lo que quisiera ofrecerte sin reparos. Y así andamos, sin sabernos propios, enajenados de la belleza de cuidarnos, ajenos a todo lo que no sea estrictamente político.
Así anda este mundo loco, sin darnos la oportunidad de cagarnos en el destino que se empeña en llevarte lejos… como el viento que se lleva ahora las hojas que se mecen desde mi ventana.
Llueve y es domingo. Me suenan conocidos estos domingos, dejavú de meses anteriores. Ciclos que se repiten, historias que se tocan hasta ya no poder distinguirse.
Te extraño tanto. Te quiero así, como eres, con tus cuelgues y tus abandonos. Es lo peor de quererte, no ser consciente de los defectos, plegarme a la obsecuencia que suelo criticar.
Regina me acompaña mientras parece que deja de llover. De a poco… mi mundo chiquito sigue mojado. Habrá tiempo para que seque, y vuelva a salir el sol, para cumplir con los infinitos ciclos, y volver de nuevo a la vida.
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